sábado, octubre 14, 2006

desconcierto

mis alas se revelan
desconcertadas, me indican que hay un lago detrás de la materia condensada del mundo.

que el encauzado lago venga a buscarme y yo me esconda, que venga porque en esta orilla volar no rimó con nadar, que de tanta sal mi pecho está extasiado, añorando claveles líquidos pero resignado a permanecer terrestre. que corra a nadarme en otoño como es hoy o en el verano ambiguo de los demás días de mi casa. que me rescate a su corriente, que emprenda fluvial vuelo a través de mis plumas de pasto.

sin sol de día mis alas se revelan y se estrellan contra el techo como el pájaro que espera traspasar el espejo y se desangra antes de conocerse. sólo en el vuelo me conozco. como no es posible, mi sangre empieza a fluir fuera de mi cuerpo.

igual que el pájaro que aguarda en un techo mientras mira sus alas desangrarse, yo me aferro a estas paredes que no alcanzan a salvarme del diluvio.

entonces la sangre del agua sigue corriendo por un cauce ya familiar. yo aguardo. sólo aguardo.