viernes, agosto 18, 2006

intuición


escudos, amuletos, creencias, intuición. casas de hierba, palmeras de té y nulas posibilidades de estar cerca. anillos, pasajeros, suelas y zapatos de vidrio irrompible. mis libros, mis libros, mis hojas de papel brillante y mis letras de color negro, ocre y púrpura. mis letras que no son mías, mis letras de cartón y de viento, mis palabras de madera vieja y de vino tinto en llovizna. mis papeles en desorden, los pliegues que nunca agrietarán tantas ideas. también mis papeles en orden y mi tinta necia e impasible. mis ideas, mis ideas de plástico y de humo, mis ideas insensatas y mi angustiosa cotidianidad. transcribo compulsivamente y me doy cuenta que no hago nada y que mis dedos nunca serán suficiente impulso para que el papel hable, grite o, simplemente, observe.

sé que mis manos no crean. sé que mis oídos no engendran sonidos cuando creen que los escuchan y que mis pupilas no se acercan ni remotamente a la idea de contemplación dinámica donde la imagen no existe si ellos no se aproximan a palparla.

sé que las figuras, como las palabras y los sonidos, siempre están.

hoy, sin embargo, me gusta pensar que sin mis sentidos el mundo se desplomaría, y que mi cuerpo, inasible y saciado de tacto, se convertiría en muerto. tal vez se convertiría en sinfonía que se autodestruye, que corre hacia su propio letargo. cuerpo y manos y boca : únicos observadores, marchitos y desérticos, decididamente inhabitables.

Suena: reggaetón, creo. o algo que me recuerda que soy cursi.