miércoles, mayo 02, 2007

la chaîne

Les guêpes fleurissent vert
L'aube se passe autour du cou
"La terre est bleue" (Paul Éluard)


Mis hojas se tiñen de violeta claro como si una ráfaga inaprensible de color poblara cuidadosamente el planeta entero. En estas hojas que parecen revivir a medida que se acerca la medianoche cae suavemente ese delicado color que ha empapado las olas de todos los mares del mundo, muchas noches, y todas las lunas claras que se han levantado desde el cielo hacia la inmensidad de las horas. Sin embargo, la ventana de enfrente observa cómo estas casas de tinta se agrietan angustiosamente hasta desplomarse sobre sus propias letras, y cómo el púrpura se destiñe a sí mismo mientras el tiempo no parece dejar de transcurrir sobre el papel, formando así un panorama circular que tampoco dejará de existir mientras el naufragio sea implacable, mientras siga la irrealidad de las manos que empuñan con violencia el lápiz. Las luces de la vida se apagan para encenderse después sobre los pedazos de palabra. Los papeles se vuelven cadenas ante sí mismos, en parte por su eterna e ininterrumpida circularidad, pero sobre todo por su capacidad de autoencierro. Las manos devoran los trozos de vida que arrancan del papel. El papel, sin embargo, permanece inmutable, y su hermetismo resulta tan familiar como el color del millón de hojas que lo componen. Es entonces cuando todos estos pedazos de vida, huérfanos y estériles, suelen teñirse de todos los matices de violeta que existen sobre la tierra.