jueves, octubre 13, 2005

no more

Mire hacia algún lugar a la derecha. Imagínese (aunque si mira delicadamente no habrá necesidad de imaginar mucho) que ahí hay un punto y que él es nuestro planeta carmesí. Para nadie más en el universo existe, y para nosotros dos, a alguna hora de la semana, no existe nada más en el universo aparte de ser cobijados por el atardecer del inexistente mundo alterno. El único problema es ponernos de acuerdo sobre esa hora. Ya no existen más sonidos o palabras que sirvan como puente entre mi extraña cobardía y su fragil sensatez.

Es hermoso cuando todo es tan efímero e irreal, porque -al menos en este caso- tiene que ser maravillosamente profundo. El planeta seguirá ahí eternamente, asi nunca más nos encierre delicadamente su atmósfera, y asi tenga que ver cómo el atardecer se vuelve noche sin que ya ninguno de los dos esté con él.

Las mareas y las estelas tienen cielo de ti...

Ojalá tuviese yo tu amor así

Sin saber cómo entrar, o cómo salir

Se escucha Cielo de ti - Luis Alberto Spinetta