Anoche estaba en una calle ancha, parada sobre una superficie desagarradoramente lisa, a las 3 y algo de la mañana. Salí por un impulso. Justo cuando me encontraba mirando hacia el oeste o el este (no estoy segura, pero en cualquier caso no era ni el norte ni el sur), empecé a sentir cerca la respiración de un hombre, alto, a quien, más adelante, identificaría con una chaqueta café y un par de zapatos descuidados. Me dí cuenta que era alto por la sombra que veía delante mío cuando se aproximaba hacia mi espalda. No tuve el valor de voltear para mirarlo. Realmente estaba esperando el momento en que su voz inundara mi oído o su mano hiciera contacto con mi brazo. Cerré los ojos por un instante y me suspendí por algunos segundos, mientras sentía cómo mis pies actuaban por sí mismos y se desplazaban unos pocos centímetros hacia la derecha (o la izquierda? o el norte? o el sur?). Lo ví, en consecuencia, parado frente a mí, mientras mantenía los ojos cerrados y el silencio desaparecía de la fina línea que nos separaba. Me habló durante algunos segundos sobre situaciones que me negaba a analizar, hasta que su aterrorizante grito me abrió los ojos de un golpe y me hizo mirarlo sin posibilidad de escapar. Entonces, sentí cómo su voz dulce me abrazaba. Producía tanto temor en mis venas y en mi sangre que huirle empezaba a dejar de ser preciso.
Y no, no estaba ebria.
***
–Me dan naúseas leer algo como lo siguiente: 'Si a alguien, por ejemplo, en la "revista pornográfica Moco" -como sucedió-, le da por decir que yo soy ignorante, insípido, bruto, inculto, tonto y demás, eso no me quita mi título profesional, ni los cuatro densos libros que he publicado, ni mis años como profesor universitario, ni todos los cursos y seminarios a los que he asistido o he dictado, ni las muchas creaciones exitosas en más de 25 años de televisión, ni los más de 50 galardones y reconocimientos recibidos en Colombia y fuera del país, ni la experiencia ganada, ni lo mucho que he trabajado, ni mi talla moral, ni la fe en Dios, ni el cariño de la mayoría.' Es por esto y mucho más que aquellos sábados en la noche, en los que me encuentro desparchada en mi casa 'mirando la tele', odio con más fuerza a jota mario valencia. Es un payaso mediocre que se cree el ángel salvador en versión colombiana y se jacta de ser muy sensato y absurdamente cómico al relacionarse con los aún más ignorantes participantes de su sucia, aterradora y espeluznante versión del programa de Don Francisco.
–A propósito de lo anterior: "Estamos buscando parejas de novios que bailen reggaetón. Si tú y el amor de tu vida son buenos bailando este género musical, llama al 305 471 8217 o manda un correo a maperez@univision.net". Univisión... ¡Síííí!, ¡univisión!, ¡es decir que podrían salir en Sábado Gigante!
–My hair in blue.
–Pasado mañana haré mi ingreso triunfal al chuzo. Ojalá todo salga bien.
–Nicks como "PARA EL AMOR NO ES NECESARIO ESTUDIAR, SOLO TIENES QUE BUSCARLO (L)", me hacen sentir un ocasional desprecio profundo hacia el MSN. Espero que al menos este nick en particular sea una burla a algo o a alguien.
–(la fotografía) es una forma de hacer desaparecer el mundo, una técnica para encontrar lo invisible. Paul Auster.
Suena: nada
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