jueves, diciembre 29, 2005

Hoy todo el hielo en la ciudad



Hoy todo el hielo en la ciudad - Almendra
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Siento como si el año ya no tuviera más meses ni días ni horas ni nada, como si todo lo que se supone que debe pasar y quedarse quietito acá tuviera la intención de continuar, y la mentalidad de que se empieza una nueva etapa o como sea no tuviera ningún sentido, ni el más mínimo. Que todo eso fuera un lugar común lleno de huecos inexplicables y nada fuera algo ajeno al mismo tiempo humanizado, y los días siguieran transcurriendo sin orden y sin que les importe lo que me pasa o lo que le pasa a cualquiera. Y más hoy, que el agua casi gris o casi blanca resbalaba por cualquier parte de cualquier objeto de cualquier persona, y que el sol amenazaba con salir pero ya dentro del bus se escondía de mis ojos y de mis manos para darle paso a los charcos y a las llantas, que salpicaban con furia los andenes y las ventanas, que miraban a los pies y a las casas, que no miran pero sí sienten el frio que también sentí yo, sólo por ser 29 de diciembre y pensar en que si todos creemos que el universo cambia de piel como una anaconda (pero más pequeño) sólo porque en cada reloj sean las 12 de la noche cada 31 de diciembre, depronto sí cambie, y depronto los días sí sean días y los meses meses, y no sean sólo fragmentos inútiles e inanes de nuestra mente que buscan darnos alguna especie de tranquilidad extraña, sino reales argumentos de por qué un brazo es brazo hoy y mañana, pero no es el mismo brazo hoy y en dos años.

El hielo cubre la ciudad,
El cielo ya no existe aquí.
Un congelado amanecer
Tiñe de blanco hasta mi hogar.

Suena: nada